De los que supuestamente eran nuestros abuelos, y de los que no lo fueron
Llevábamos mucho tiempo sin que a nuestro Invictus particular, Tomás Gómez, le volviera a traicionar su incontinencia verbal. Cuando la máxima demagogia es la mejor de tus artes, poco tiene que hacer el tan manido y a la vez poco utilizado consejo de pensar antes de hablar. Qué fácil es, siendo socialista apelar al pasado. Qué fácil es, siendo socialista, enarbolar la bandera de la sesgada memoria histórica. Qué tristemente fácil es, siendo socialista, recurrir al franquismo para intentar ganar votos.
Gracias a Libertad Digital, en la foto, podemos observar a la número 2 del Partido Socialista Madrileño, Maru Menéndez, ataviada con boina roja y camisa azul, abrazando con una sonrisa la bandera franquista. La foto también nos deja ver que parece estar en un lugar privilegiado: aterciopelados sillones parapetados por micrófonos, y escudo “del pollo” para terminar de rematar la instantánea. Así, por encima, parece lugar de alta alcurnia. Si indagamos un poco más en el pasado de su familia, se explica el por qué de tan privilegiada ubicación. No hace falta remontarnos a sus abuelos, nos sobra con sus progenitores: Camilo Menéndez Vives, capitán de navío. Oficial de más alta graduación que consiguió ocupar el Congreso, por tanto, golpista y, en lo personal, padre de Maru Menéndez. Sí, tiene razón Tomás Gómez, no pertenece a ese grupo de “abuelos franquistas” que robaron la infancia a miles de madrileños… Es un papá franquista que quiso robarnos el triunfo de la democracia, de la libertad y de la igualdad a todos los españoles. Olé.
Y aquí estoy yo, Alberto Tomé González, Presidente de Nuevas Generaciones de San Agustín del Guadalix. Según Gómez, mis abuelos deberían de haber sido unos “fascistas” de cuidado y mis padres, no les andarían a la zaga. Seguramente (siempre según la forma de separar a los «buenos» de los «malos» de Tomás Gómez y consecuentemente poner carnets de afiliado en el bolsillo), mi familia, mi fascista (y seguro que rica) familia, fue la que me hizo de derechas y es por la que hoy, consecuentemente, soy del PP. Nada más alejado de la realidad.
A mis abuelos paternos no les conocí, murieron ambos cuando mi padre tenía 7 años y él, para sacar a sus hermanos adelante, se tuvo que poner a trabajar como pastor en su Extremadura natal. Desde entonces, no ha hecho otra cosa que trabajar. En cambio, sí que he podido disfrutar de los padres de mi madre. También vivían de la tierra, pero ellos en Ávila. En contra de lo que pueden pensar Gómez y sus secuaces, no eran grandes latifundistas. Tenían un pequeño huerto en el que trabajaban desde el amanecer para que diera buenas frutas y hortalizas. Luego, las cargaban en un burro y bajaban al pueblo a venderlas. Mi madre les ayudaba e incluso yo, cuando era pequeño, también recuerdo haberme subido al burro y encarar el camino hacia el pueblo.
Siempre hemos sido gente de campo, y a mucha honra. Lo siento otra vez por contradecir a Gómez pero, yo del franquismo, sólo recuerdo aquello que he estudiado en el colegio y he visto por la televisión. Y es que, aparte de ser hijo de Victoria y Sebastián, también me siento orgullosamente hijo de la democracia de este país y de ese hoy tan olvidado pacto popular que fue la Transición. El mismo que intentó hacer que los niños que, como yo, acababan de nacer, pudiesen vivir en una España libre, igualitaria y demócrata (aunque a padres como los de Maru Menendez no les sentara muy bien). Una España en la que ya no importaban los enfrentamientos del pasado, sino la voluntad de todos los españoles para poner su granito de arena y crear un futuro de prosperidad que disfrutar juntos.
Como he contado alguna vez, me afilié a Nuevas Generaciones el día en que mataron a Miguel Ángel Blanco. Simplemente, porque no me cabía en la cabeza que en mi país se matara a alguien por defender el derecho de un pueblo a expresarse libremente, a ser libre. Por defender el derecho de un pueblo a vivir en una verdadera democracia.
Yo, Alberto Tomé, no tengo padres ni abuelos franquistas, simplemente meros y muy honrados trabajadores. Yo, Alberto Tomé, soy del PP porque creo en la democracia, en la igualdad, y en la libertad como principio y fin de todo. Yo, Alberto Tomé, soy un ciudadano español, demócrata y liberal que milito en el PP porque creo en estas siglas para construir un estado que, unido, mire hacia el futuro. Yo, Alberto Tomé, soy del PP porque quiero trabajar por una España mejor, tanto para los que fueron nuestros abuelos, como para los que serán mis hijos. Nos lo merecemos.
Publicado el 22/10/2012 en Política y etiquetado en Alberto Tomé, Demagogia, Invictus, Maru Menéndez Falangista, PP, PSOE, Tomás Gómez. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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